¿A quién no le encantaría tener un gran armario con mucha ropa, una ducha llena de productos para consentir el cuerpo y una colección de maquillaje enorme para explorar todas nuestras posibilidades en el mundo de la belleza? No sé a ustedes, pero esa fue una de mis grandes ilusiones durante algún tiempo, pero debido a que no tengo una fortuna para gastar en el intento, además de saber de la importancia de la fecha de vencimiento de los productos, desistí de ese sueño, y optar por algo mucho más realista: comprar en lo posible aquello que usaría con mayor frecuencia. Así que hoy hablemos de caducidades, específicamente en los cosméticos.